La creación de una Dirección de Ciberdefensa por parte del régimen de Nicolás Maduro ha encendido las alarmas entre organizaciones que monitorean la libertad digital en Venezuela. Andrés Azpúrua, director de “Ve Sin Filtro”, advirtió que esta nueva división de la Guardia Nacional Bolivariana podría reforzar las políticas de vigilancia estatal sin representar un cambio sustancial en la estrategia oficial.
“Este anuncio todavía no se sabe exactamente en qué se va a concretar, pero tampoco significaría nada nuevo bajo el Sol para las políticas de vigilancia en Venezuela”, señaló Azpúrua en una entrevista con NTN24.
La Dirección de Ciberdefensa fue presentada por las autoridades como una herramienta para combatir el “ciberterrorismo” y fortalecer las capacidades tecnológicas de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, expertos en derechos digitales temen que se traduzca en un mayor control sobre el acceso a la información y en nuevas restricciones para medios independientes y plataformas de comunicación.
Azpúrua también denunció la estrategia oficial de estigmatizar aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Signal, ampliamente utilizadas por la ciudadanía. “Esa demonización de parte del gobierno de Venezuela trata de empujar a los usuarios de Internet a plataformas menos seguras o idealmente plataformas que ellos controlan”, explicó.
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Uno de los episodios más graves documentados por “Ve Sin Filtro” fue el reciente bloqueo de X (antes Twitter), que se suma a una larga lista de restricciones digitales en el país. “Venezuela ya lleva años con un ecosistema de noticias censurado. Prácticamente todos los medios independientes de Venezuela están bloqueados, es decir, su página web (NTN24) no abre. Pero no solo eso, también medios regionales, incluso medios de habla inglesa, están bloqueados en Venezuela para que la gente no pueda acceder a esas noticias cuando cubren noticias de Venezuela”, afirmó.
La censura digital en Venezuela ha sido denunciada por organismos internacionales y defensores de derechos humanos como parte de una estrategia sistemática para controlar el flujo de información y limitar el debate público. En ese contexto, el anuncio de nuevas estructuras de vigilancia tecnológica refuerza las preocupaciones sobre el deterioro de las libertades civiles en el entorno virtual.