Cuando Javier Milei asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2023, la Argentina enfrentaba una de las crisis inflacionarias más graves de su historia reciente. Con una inflación mensual que rozaba el 25% y una interanual superior al 200%, el país se encontraba al borde de una hiperinflación, con precios descontrolados, pérdida acelerada del poder adquisitivo y una economía paralizada por la incertidumbre. El desafío era monumental: estabilizar las cuentas públicas, recuperar la confianza y evitar el colapso.
Veinte meses después, los resultados comienzan a hablar por sí solos. En julio de 2025, la inflación fue del 1,9%, según datos oficiales del INDEC. Este resultado marca el tercer mes consecutivo con variaciones por debajo del 2%, un hito que no se registraba desde 2017, y consolida el rumbo económico trazado por el presidente Javier Milei.
La cifra, celebrada por el Gobierno y por diversos sectores productivos, refleja el impacto positivo de las medidas implementadas desde el inicio de la gestión: equilibrio fiscal, desregulación de mercados, fortalecimiento del peso y apertura comercial gradual. Estas políticas han logrado estabilizar las expectativas, reducir la volatilidad y devolver previsibilidad al consumo y la inversión.
Lea Tambien: Milei anunció baja de impuestos para el campo Argentino
El ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que la inflación acumulada en los primeros siete meses del año fue de 17,3%, mientras que la variación interanual se ubicó en 36,6%, la más baja desde diciembre de 2020. Además, la inflación núcleo —que excluye precios estacionales y regulados— fue de apenas 1,5%, la menor desde enero de 2018.
Este escenario de desaceleración sostenida permite proyectar un segundo semestre con mayor estabilidad, donde el ahorro y la inversión vuelven a ser protagonistas. La baja inflación también impacta positivamente en sectores vulnerables, que comienzan a recuperar poder adquisitivo en un entorno menos distorsionado.
El presidente Milei reafirmó que “Argentina está despertando”, y los datos de julio parecen respaldar esa afirmación. Si el país continúa por esta senda de reformas estructurales y coherencia macroeconómica, el horizonte se presenta con renovadas oportunidades de crecimiento, desarrollo y bienestar para todos los argentinos.