La frontera entre Guyana y Venezuela vuelve a encender las alarmas, esta vez no por la histórica disputa territorial por el Esequibo, sino por una denuncia que vincula directamente al régimen venezolano con el tráfico internacional de drogas. James Singh, jefe de la Unidad Antinarcóticos de Aduanas (CANU), aseguró este martes que “la mayor parte de la droga ingresa desde Venezuela” y que Guyana se ha convertido en un punto de transbordo para los carteles.
“Llegan desde Venezuela por avión o barco. No ayuda que (Venezuela) sea un narcoestado y reclame dos tercios de nuestro territorio”, declaró Singh, en una afirmación que mezcla seguridad, crimen organizado y soberanía. Según el funcionario, los narcóticos tienen como destino principal los mercados de Europa y África Occidental, en una ruta que ha mutado debido al aumento de patrullas en el Caribe y el riesgo de ser interceptados en el corredor hacia Norteamérica.
Guyana, que no produce cocaína, se ha convertido en un eslabón estratégico por su ubicación geográfica. Singh detalló que los traficantes utilizan aeronaves de baja altura, contenedores de carga y embarcaciones semisumergibles para evadir los controles. “Es una red, por lo que las alianzas son clave. No podemos luchar solos”, afirmó, destacando la colaboración con agencias internacionales como la DEA, y fuerzas de Reino Unido, Canadá, Brasil, Colombia, Francia y Surinam.
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La denuncia se produce en un contexto de creciente militarización en el Caribe, con Estados Unidos desplegando buques y tropas cerca de Venezuela bajo el argumento de combatir el narcotráfico. En paralelo, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha activado la milicia nacional y reafirmado que el mar Caribe “es y será siempre territorio soberano de Venezuela”.
La tensión se agrava por el conflicto territorial entre ambos países por el Esequibo, una región de 160.000 kilómetros cuadrados que Caracas reclama desde hace más de un siglo. En ese escenario, el narcotráfico se convierte en un nuevo frente de disputa, donde las rutas ilegales se entrelazan con las narrativas de poder, soberanía y crimen transnacional.
Hace menos de un año, Guyana realizó la mayor incautación de su historia: 4,5 toneladas de cocaína enterradas en una pista clandestina en la Región Uno, valuadas en 200 millones de dólares. El presidente Irfaan Ali pidió entonces ayuda internacional con “recursos” para enfrentar el desafío aéreo y marítimo del narcotráfico.
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