Dormir bien no es un lujo, es una necesidad vital. Según recomendaciones oficiales de la Fundación Nacional del Sueño de EE. UU., respaldadas por investigaciones publicadas en la revista Sleep Health, los adultos deben dormir entre 7 y 9 horas por noche para un funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente.
Dormir menos de ese rango no solo genera fatiga: estudios de la Universidad de Harvard, la Clínica Mayo y la Universidad de Chicago han demostrado que la falta crónica de sueño se asocia con mayor riesgo de enfermedades del corazón, depresión, obesidad, diabetes tipo 2 e incluso deterioro cognitivo.
Y no se trata solo de dormir poco: investigaciones de la Sociedad Europea de Cardiología advierten que dormir más de 9 o 10 horas por noche de forma regular también puede traer consecuencias negativas como letargo persistente, menor productividad, aumento de peso e incluso una mayor tasa de mortalidad.
La clave está en el equilibrio. Dormir entre 7 y 9 horas por noche, de forma constante y en un ambiente adecuado, mejora la memoria, fortalece el sistema inmune, regula el apetito y potencia el bienestar físico y emocional. Dormir bien no es perder tiempo. Es darle a tu cuerpo la oportunidad de repararse y rendir mejor cada día.
