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Bolivia vivió este domingo una jornada electoral histórica que marca el fin de dos décadas de hegemonía de la izquierda y abre paso a una inédita segunda vuelta presidencial. Con el 92,6 % de las actas computadas, el opositor Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), lidera el conteo con el 32,2 % de los votos, seguido por el exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga (2001–2002), de la alianza Libre, con el 26,9 %, según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE).


Será la primera vez que Bolivia acuda a un balotaje, mecanismo incorporado en la Constitución de 2009, que se activa cuando ningún candidato supera el 50 % de los votos válidos ni alcanza el 40 % con una diferencia de al menos diez puntos sobre el segundo.

En tercer lugar quedó el empresario Samuel Doria Medina (Unidad), con 19,9 %, mientras que el oficialismo sufrió un duro revés: Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y candidato de la alianza Popular, obtuvo apenas el 8,2 %, y Eduardo del Castillo, del Movimiento al Socialismo (MAS), apenas alcanzó el 3,1 %, al borde de perder la personería jurídica del partido.
Los votos válidos representaron el 78,27 %, mientras que los nulos —promovidos por sectores afines al expresidente Evo Morales— llegaron al 19,3 %, y los blancos al 2,43 %.

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El ascenso de Paz Pereira.

Rodrigo Paz Pereira, de 57 años, se convirtió en la gran sorpresa de la contienda. De perfil centrista y trayectoria discreta, logró capitalizar el descontento ciudadano y escalar desde los últimos lugares en las encuestas hasta encabezar el conteo. Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989–1993) y de la española Carmen Pereira, nació en Santiago de Compostela en 1967 y vivió su infancia en el exilio, marcado por la persecución política a sus padres durante las dictaduras militares.

El regreso de Quiroga.

Jorge Quiroga, de 65 años, vuelve al escenario político tras haber gobernado Bolivia por sucesión constitucional entre 2001 y 2002, luego de la renuncia de Hugo Banzer. Su candidatura representa a los sectores más conservadores y empresariales del país, con una propuesta de liberalización económica y reformas institucionales.

Fin de ciclo.

Los resultados confirman el ocaso del ciclo iniciado por Evo Morales en 2006 y continuado por Luis Arce, quien deberá entregar el poder el próximo 8 de noviembre. Morales, impedido constitucionalmente de postularse tras tres mandatos, no participó en los comicios y promovió el voto nulo, sin respaldo partidario.
La segunda vuelta entre Paz Pereira y Quiroga definirá no solo el próximo presidente, sino también el nuevo rumbo político de Bolivia, en un contexto de polarización, desgaste institucional y demanda ciudadana por renovación.


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