Desde este lunes, más de 5.100 escuelas públicas en El Salvador comenzaron a aplicar un nuevo reglamento escolar orientado a fortalecer la convivencia, el respeto y la formación en valores. La iniciativa, impulsada por la ministra de Educación Karla Trigueros —capitana del Ejército y médica de formación— busca consolidar una cultura de cortesía y disciplina en el sistema educativo.
Entre las nuevas disposiciones se incluye el saludo obligatorio al ingresar al aula, el uso de expresiones como “por favor” y “gracias”, y la supervisión diaria del uniforme, el corte de cabello y la presentación personal. Estas normas se complementan con los llamados “Lunes Cívicos”, jornadas semanales que promueven el respeto por los símbolos patrios y la identidad nacional.
“La cortesía no es una imposición, es una herramienta para formar ciudadanos conscientes”, expresó Trigueros, quien ha defendido que estas medidas buscan prevenir el reclutamiento de jóvenes por pandillas y fomentar valores esenciales desde la infancia.
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Cada escuela recibió un fondo simbólico para adquirir banderas, guantes y materiales para las ceremonias. Además, los directores deben recibir personalmente a los estudiantes en los portones, actuando como referentes visibles de disciplina y respeto.
Mientras algunos docentes celebran el enfoque formativo, gremios magisteriales han expresado preocupación por el carácter obligatorio de las normas y el sistema de deméritos, que podría impedir la promoción de grado en casos de reiteradas faltas de conducta. Organizaciones de derechos humanos también advierten sobre el riesgo de priorizar la disciplina por encima del acompañamiento pedagógico.
El presidente Nayib Bukele respaldó públicamente a Trigueros, afirmando que “romper paradigmas es esencial para construir el país que soñamos”. La ministra, por su parte, ha reiterado que su misión es preparar a las futuras generaciones con altos estándares de calidad y valores ciudadanos.
La implementación del reglamento ha abierto un debate sobre el papel de la escuela en la formación del carácter. ¿Puede la cortesía convertirse en una práctica cotidiana que fortalezca el tejido social? ¿Es posible enseñar respeto sin coerción?
En El Salvador, la educación pública se transforma en un espacio de formación cívica, donde el saludo, el orden y la presentación personal son parte de una apuesta por la cultura ciudadana.
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