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Yamandú Orsi asumió este sábado como presidente de Uruguay, recogiendo la antorcha de su mentor y padrino político, el popular exmandatario José «Pepe» Mujica, en el retorno de la izquierda al poder tras cinco años de gobierno de centroderecha.Orsi, de 57 años de edad, sucede a Luis Lacalle Pou para liderar hasta 2030 un país de 3,4 millones de habitantes, uno de los más estables y prósperos de la región, que este 1 de marzo celebra cuatro décadas de democracia ininterrumpida.

«La buena salud de la democracia está íntimamente asociada al logro de ciertos estándares de bienestar», afirmó Orsi, de traje oscuro y corbata azulada, en su primer discurso tras jurar lealtad a la Constitución en el Palacio Legislativo.

El flamante mandatario agradeció a sus predecesores y prometió «no ignorar las reglas del funcionamiento de la economía que Uruguay mantiene desde la recuperación democrática», luchar contra el delito atendiendo sus causas y «formular estrategias de desarrollo con un enfoque sostenible y humano».

Orsi lidiará con un Parlamento dividido

Orsi ya sostuvo varios encuentros bilaterales el viernes, cuando también compartió un asado con Lula, Gabriel Boric de Chile y Gustavo Petro de Colombia.

El mandatario lidiará con un Parlamento dividido, en el que el FA solo controlará el Senado y habrá voces antisistema en la Cámara baja. Pero según analistas, la interna del oficialismo le generará aún más problemas.

«Dedicará más tiempo y energía a gestionar a sus partidarios más acérrimos que a tratar con sus oponentes políticos», escribió el economista Arturo Porzecanski en la revista Americas Quarterly, advirtiendo tensiones con la «poderosa» central sindical Pit-CNT, afín al FA.

Orsi, conocido por su talante negociador, deberá atender las demandas sociales sin incrementar el déficit fiscal, que alcanzó en 2024 el 4,1% del PIB, y en momentos en que la falta de lluvias amenaza con afectar el crecimiento, estimado en 3% para este año.

El nuevo presidente tendrá el reto de abatir la criminalidad vinculada en gran parte al narcotráfico, algo que pese a intentarlo no logró Lacalle Pou. Uruguay tiene una tasa de homicidios de 10,5 cada 100.000 habitantes, y unos 16.000 presos con difícil perspectiva de reinserción social.

Por otra parte, las políticas proteccionistas del presidente estadounidense Donald Trump impactarán en Uruguay «a través del potencial menor crecimiento en China», dijo a la AFP Nicolás Saldías, del EIU, la unidad de análisis de The Economist.

Según Porzecanski, «Orsi hereda una economía y un país cuyos fundamentos son muy sólidos».

Al despedirse el viernes, Lacalle Pou, un abogado de 51 años de edad que deja el cargo con 54% de popularidad, destacó que su gobierno «cuidó los recursos públicos», fue «humanista» y buscó ir «a todos los rincones del país».

Entre los seguidores que lo aclamaban, la agente de viajes Cecilia Antía, de 60 años de edad, lamentó que Lacalle Pou no pueda presentarse a un segundo mandato consecutivo. «Más le vale postularse en 2029 porque lo necesitamos», exclamó con la voz quebrada. Así lo reseñó AFP


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