En medio de una crisis económica persistente, familias venezolanas se aferran a las tradiciones navideñas como símbolo de identidad y resistencia. Este domingo, decenas de ciudadanos acudieron a un mercado a cielo abierto en Caracas con la esperanza de adquirir los ingredientes necesarios para preparar la hallaca, el plato típico de la Navidad venezolana.
“Nosotros pensábamos que no íbamos a comer hallacas”, confesó Alí Alvarado, caraqueño de 58 años, tras comprar un combo de insumos por 1.500 bolívares, equivalentes a unos 6,3 dólares. El paquete, según los organizadores del operativo, alcanza para preparar unas treinta hallacas y fue parte de una jornada que proyectó la venta de 10.000 combos.
La iniciativa busca aliviar el impacto del poder adquisitivo deteriorado, en un país donde el salario mínimo y la pensión rondan los 130 bolívares mensuales (unos 55 centavos de dólar). “Hay gente que no tiene cómo comprarse un medio kilito de cochino, ni siquiera para las hojas”, lamentó Alvarado, quien considera que estas ofertas “ayudan algo” a preservar una tradición que “no se puede perder”.
Luis Alfredo Ortiz, otro beneficiario del operativo, llegó al mercado a las 6:00 de la mañana para asegurarse su combo. “Esto ayuda muchísimo”, expresó, reflejando el sentir de muchos venezolanos que ven en la hallaca no solo un plato, sino un acto de resistencia cultural.
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La hallaca, elaborada con masa de maíz rellena de guiso de res, cerdo y pollo, junto a aceitunas, pasas, alcaparras y encurtidos, es envuelta en hojas de plátano y cocida al vapor. En diciembre de 2024, el gobierno venezolano anunció la postulación de la hallaca como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la Unesco, con una respuesta prevista para 2027.
La temporada navideña fue oficialmente adelantada por el presidente Nicolás Maduro desde el 1 de octubre, en un contexto marcado por tensiones geopolíticas, fallas en servicios básicos y una economía golpeada tras las elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, la cotidianidad sigue encontrando espacios para la esperanza, y la hallaca se mantiene como símbolo de unión familiar y resistencia popular.
Redinfodigital / Red de Información Digital
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