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Pequeñas en tamaño pero gigantes en beneficios nutricionales, las sardinas han sido objeto de múltiples estudios científicos que confirman su valor como alimento funcional. Su perfil nutricional las convierte en una opción accesible, sostenible y altamente recomendada por comunidades médicas y científicas para mejorar la salud integral.

Beneficios respaldados por la evidencia científica

Las sardinas son una fuente excepcional de ácidos grasos omega-3, especialmente EPA y DHA, que han demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según investigaciones citadas por The Telegraph y Infobae, el consumo regular de sardinas mejora los perfiles lipídicos, reduce la inflamación sistémica y contribuye a la prevención de eventos coronarios.

La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), a través de la profesora Diana Díaz Rizzolo, han avalado los efectos positivos de las sardinas en la salud metabólica. En estudios clínicos, se observó que su inclusión en dietas hipocalóricas favorece la regulación de la glucosa y mejora la sensibilidad a la insulina en pacientes con riesgo de diabetes tipo 2.

Además, las sardinas aportan proteínas de alta calidad, vitamina B12, vitamina D, calcio, fósforo y selenio, nutrientes esenciales para la salud ósea, la función neurológica y el sistema inmunológico. La vitamina D, en particular, es clave para la absorción de calcio y la prevención de enfermedades como la osteoporosis, mientras que el selenio actúa como antioxidante celular.

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Recomendaciones nutricionales

La comunidad científica recomienda consumir sardinas al menos dos veces por semana, preferentemente en versiones frescas o enlatadas en agua o aceite de oliva. Su bajo contenido de mercurio, en comparación con pescados grandes como el atún, las hace seguras para niños y embarazadas.

Según Benefipedia, su perfil nutricional supera al de muchos pescados populares, y su versatilidad culinaria permite incorporarlas en ensaladas, guisos, pastas o simplemente al horno con limón y hierbas.

Sostenibilidad y accesibilidad

Las sardinas también destacan por su bajo impacto ambiental. Al ser especies de rápido crecimiento y abundantes en aguas frías y templadas, su pesca responsable contribuye a la seguridad alimentaria sin comprometer los ecosistemas marinos.

Redinfodigital / Red de Información Digital
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