Los países con altos flujos migratorios enfrentan un mayor riesgo de delitos asociados a la trata de personas, advirtió Gabriela Buada, directora de la ONG Caleidoscopio Humano, en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, conmemorado el pasado 30 de julio.
Buada señaló que la población venezolana migrante, especialmente mujeres, personas mayores, integrantes de la comunidad LGTBIQ+ y menores de edad, enfrenta una vulnerabilidad extrema ante este delito, en muchos casos transitando rutas peligrosas como consecuencia de la crisis interna de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Se estima que más de 7,5 millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años.
Durante el Seminario sobre Trata de Personas realizado el 17 de julio en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), se reveló que más de 4.700 mujeres, niñas y adolescentes venezolanas fueron rescatadas de redes de tráfico humano entre 2019 y 2023. Las víctimas suelen ser captadas mediante ofertas laborales engañosas y sometidas a explotación sexual, laboral, minería ilegal, mendicidad forzada, matrimonios tempranos y hasta extracción de órganos.
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Según el Informe Mundial sobre Trata de Personas de 2024 de la ONU, más del 80 % de las víctimas detectadas en 2022 en Centroamérica y el Caribe fueron mujeres y menores de edad. El organismo también indicó que entre 2020 y 2023 se identificaron más de 200 mil víctimas de trata en todo el mundo, aunque las cifras reales serían considerablemente más altas.
Buada instó a los gobiernos receptores de migrantes a reforzar sus políticas públicas y marcos normativos para prevenir y sancionar la trata, mientras que llamó a los periodistas a visibilizar el fenómeno sin contribuir a su normalización.